100km del Sahara 2024: Retratando la aventura

100km del Sahara 2024: Retratando la aventura

16 noviembre 2024 0 Por Carlos Ultrarun

Con 22 ediciones a sus espaldas, la 100km del Sahara sigue demostrando por qué es una de las citas más especiales del trail running desértico. Este año, la carrera no solo reafirmó su tradición de aventura, sino que se renovó para hacer del desierto una experiencia más accesible e inolvidable. Como fotógrafo y diseñador de esta increíble prueba, mi objetivo fue mostrarla desde su esencia: el cruce entre desafío, paisajes únicos y momentos humanos que transforman vidas.

Explorando el Sahara en 5 capítulos

La ruta de este año, con un diseño radial, permitió que cada etapa se sintiera como una exploración diferente, destacando las maravillas del desierto. Mi cámara siguió de cerca cada paso, cada mirada y cada emoción a lo largo de los 100 kilómetros repartidos en cinco días.

  1. El inicio de 12 km: Con un terreno suave y un horizonte infinito, el primer día fue la bienvenida ideal al mundo del desierto. Los rostros de los corredores reflejaban entusiasmo y curiosidad, algo que intenté plasmar con cada disparo.
  2. 21 km y el ascenso a Tembaine: La etapa estrella llevó a los corredores a la cima de esta meseta legendaria, un lugar donde el esfuerzo físico y la recompensa visual alcanzaron su máximo. Desde lo alto, el Sahara se desplegó en todo su esplendor, y capturar esas expresiones de asombro fue uno de los puntos más destacados de mi trabajo.
  3. 12 km bajo las estrellas: La etapa nocturna ofreció una atmósfera mágica, con un cielo plagado de estrellas como único testigo. Documentar este momento requirió creatividad y sensibilidad, buscando reflejar la conexión única entre los corredores y la inmensidad que los rodeaba.
  4. 30 km de puro desafío: Con el terreno más técnico y exigente, esta etapa fue el corazón de la aventura. El pozo de Birkebish, un punto clave del recorrido, se convirtió en un lugar de historias y emociones que no podían faltar en mi galería.
  5. 24 km hasta la meta: La etapa final tuvo un tono de celebración y nostalgia. A medida que los corredores se despedían del desierto, mi misión fue capturar esa mezcla de alivio, orgullo y gratitud que solo se encuentra en una experiencia como esta.

La inclusión como objetivo: 50km del Sahara

Este año volvió a brillar una propuesta diseñada para caminadores: la 50km del Sahara, que permitió a personas con menor experiencia o preparación disfrutar del desierto a su propio ritmo. Fotografiar a estos participantes fue un recordatorio de que el espíritu de aventura no está en la velocidad, sino en el deseo de conectar con el entorno y con uno mismo.

Desde el otro lado de la cámara: Una visión personal

Mi papel como fotógrafo fue ser testigo y narrador de la experiencia, pero también como diseñador, tuve la responsabilidad de contribuir a que cada detalle resonara con el público. Desde los colores del amanecer sobre las dunas hasta los momentos compartidos en el campamento, cada imagen buscó contar una historia que fuera más allá de lo visual.

Tembaine, con su mezcla de desafío y majestuosidad, fue un escenario que capturó no solo las cámaras, sino también los corazones de todos los que lo vivieron. Documentar ese momento me permitió ser parte de algo único, donde la naturaleza y el esfuerzo humano se encuentran en su forma más pura.

Más que una carrera: Una vivencia transformadora

La 100km del Sahara es mucho más que un evento deportivo. Es un viaje que va del asombro al descubrimiento personal, pasando por paisajes y emociones que dejan huella. Este año, el enfoque inclusivo y el formato renovado lo convirtieron en una experiencia aún más especial, y como parte del equipo, me siento profundamente agradecido por haber podido contribuir a su historia.

El Sahara, con su vastedad y silencio, no solo desafía al cuerpo, sino que también invita a reflexionar y reconectar con lo esencial. Cada paso dado en sus arenas y cada historia capturada por mi lente me recuerdan que, al final, lo más importante no es el tiempo marcado, sino las experiencias compartidas y los momentos vividos.

Y, como siempre dice Adriano Zito, “El extremo comienza aquí”.