RacingThePlanet Mongolia 2023
Cuando te enamoras de alguien, estas deseando volver a su lado y cuando te enamoras de un paisaje, lo mismo, estas como loco por volver a disfrutar de el y eso es lo que me pasó a mi hace ya varios años con Mongolia.
Este país creo que enamora a todo el mundo, no solo por sus paisajes, sus cielos o su gente sino por el ambiente que se respira de amabilidad y simpatía.
Metido como el jamón en un bocadillo entre China y Rusia tienen que hacer malabares para sobrevivir y la economía se sostiene de milagro, en parte por la total autosuficiencia de muchos de sus habitantes que necesitan poco y menos para tirar para adelante.
La capacidad que muchas familias mongolas tienen para sobrevivir es increíble y la acogida que hacen al viajero compartiendo todo lo que tienen con una generosidad extrema más aún.
El motivo de mi viaje a Mongolia no es turístico sino de trabajo. Soy el director de carrera de la RacingThePlanet Gobi March 2023, una de las 4 carreras que conforman Los 4 Desiertos, un reto brutal, económico y deportivo que este año cumple su 20 aniversario.
Las carreras son las 4 iguales, 250 kilómetros en autosuficiencia alimentaria en 6 etapas por 4 de los entornos más alucinantes del planeta seleccionados por RacingThePlanet.
La organización monta campamentos, con algunas mínimas comodidades, como mesas, sillas y letrinas y suministra tanto agua fría como caliente con lo que la vida se hace mas o menos llevadera aunque indudablemente minimalista ya que todo lo que necesitemos para la semana hay que cargarlo en una mochila durante toda la carrera. En algunas ocasiones, si el clima es extremo, se permite excepcionalmente una bolsa extra que sirve para poner ropa de abrigo y que transporta la organización, pero es mejor no contar con ello, ya que no se hace siempre.
Mi trabajo como “Course Director” o director del recorrido consiste en diseñar por donde se va a correr y debe cumplir con las características buscadas por RacingThePlanet de la carrera. Esto lo suelo hacer más o menos un año antes para luego confirmarlo la semana antes de la prueba y posteriormente marcarlo para que no se pierda nadie.
RacingThePlanet no organiza solo carreras y su #morethanarace (Más que una carrera) lo explica bien claro. Lo que ellos quieren además de una inmersión social en los campamentos es una experiencia de vida. Las carreras están cuidadosamente diseñadas para que cada participante disfrute de una aventura en múltiples niveles.
Geográfico ya que las carreras están diseñadas para que sean duras, pero factibles y que visiten las zonas mas espectaculares de cada país y cultural por proporcionar a los corredores una experiencia verdadera e intensa de la realidad de destino. En definitiva, una experiencia profunda que permite conocer un país desde dentro.
Esta carrera de Mongolia la diseñé en el año 2018 y se hicieron solo dos ediciones antes del cierre por Covid del país que fue total. Durante cuatro años Mongolia ha estado cerrada a cal y canto al turismo y después de tanto tiempo no se sabe si el recorrido elegido sigue accesible.
Normalmente llego una semana antes aunque visto lo visto en este caso anticipo la visita un par de días para tener tiempo de confirmar todo. El recibimiento de los viejos amigo es como siempre fantástico y tras una brevísima parada en Ulan Bator (UB para los locales) salimos hacia la zona de Jarjorin, una antigua capital del imperio Mongol de cuando gobernaba Gengis Khan que no es mas que una pequeña ciudad de provincias hoy en día.
La semana precedente es un no parar de moverse por el recorrido confirmando que los pasos de montaña siguen accesibles, que lo vados de los rios son factibles y que no hay ningún peligro que pueda acechar a los corredores. Avisamos a los nómadas que viven en las inmediaciones del trazado con varios objetivos. El más inmediato es evitar que roben las marcas de la carrera pero también solicitamos que aten a los perros y este año tenemos otra agradable misión.
RacingThePlanet ayuda a las etnias locales por donde pasa y para esta carrera en Mongolia hubo dos ideas geniales de las que he tenido la suerte de convertirme en emisario: Regalar Baterías de litio y Monoculares.
Las baterías son fundamentales para los nómadas que tienen unas pequeñas placas solares que les ayudan a mantener funcionando los mínimos aparatos eléctricos que utilizan como una bomba para sacar agua, una pequeña nevera, algo de iluminación o cargar el móvil. Los monoculares son útiles para localizar el ganado o incluso alguna persona. En ambos casos, los regalos fueron recibidos con sorpresa y alegría y estar ahí con ellos cuando entendían que eran de verdad regalos ha sido una experiencia memorable.
La carrera empieza el Domingo, todas las carreras de RacingThePlanet empiezan el domingo y como me gusta ir con margen empiezo a marcar el viernes, dos días antes, así que me pongo a ello y aunque es la parte más aburrida del trabajo intento que el tiempo se pase con alegría.
Los corredores llegan a la fortaleza de Khsar Bukhiin, el primer campamento el sábado y cenan alli con calma preparando los últimos detalles, nerviosos ante el desafío que les viene encima.
Las etapas suelen ser similares, 4 maratones en 4 días mas otros dos días para hacer unos 80k y una última etapa cortita aunque en RacingThePlanet Gobi March para sacarle el máximo jugo al entorno, la etapa larga se hace el cuarto día.
Los kilómetros se van pasando con un recorrido espectacular por las estepas mongolas visitando Yurtas, las tiendas de los nómadas locales, también llamadas Gers, recorremos las grandes llanuras por las que es famosa Mongolia y se hacen mil paradas para cruzar rios, subir montañas, conocer templos o pasar por Estupas, pequeños centros de oración que los mongoles, Budistas y Animistas y bastante respetuosos, utilizan para depositar sus ofrendas.
La carrera he intentado que fuese un rosario de experiencias sensoriales, que de a conocer la vida real que llevan los nómadas y que los corredores sientan que de verdad están viviendo una experiencia única.
En la quinta etapa, la penúltima, hay que atravesar el rio Orkhon para llegar al campamento y es un momento épico en el que los corredores cansados pero exultantes por la estupenda etapa que les he preparado realizan el último esfuerzo para descansar por última vez en una tienda de campaña antes de volver a la civilización.
La etapa final es mas de exhibición que otra cosa. Son escasamente 8 km hasta llegar al monasterio de Erdene Zou, una impresionante estructura religiosa que excepcionalmente nos autorizan a utilizar para la meta lo que es un privilegio.
Los corredores van entrando poco a poco, cada uno con sus manias y sus rituales de meta y yo les miro con una cierta paz y alegría pensando en cuanto trabajo hay detras de cada una de estas carreras y que es un sueño hecho realidad el verles correr ahí.
La vuelta es siempre un pequeño shock ya que de vivir en el campamento prácticamente con nada, se pasa a la opulencia en unos kilómetros pero los recuerdos quedan imborrables en la mente y esperamos volver en 2024 para revivirlos de nuevo. ¿Te animas?