100km of Namib Desert
Las piernas que se mueven, el pulso que se incrementa, la respiración que se agita… son sensaciones que todos tenemos al correr en cualquier sitio, pero que en Namibia se sienten antes de empezar.
Sólo mirar el paisaje da ganas de recorrerlo, de compartir unos saltos con un grupo de antílopes, o de intentar alcanzar al sol que, como una bola de fuego, se oculta tras una duna enorme en el horizonte. Emociones.
He viajado mucho, he visto muchos desiertos, y he corrido muchas carreras, pero sólo recuerdo las que tienen alma.
Esas que me han hablado sin emitir sonido, en las que me ha faltado el aliento sin necesidad de correr, o en las que se me ha puesto la piel de gallina sin sentir frio.
La 100km of Namib Desert es una de ellas. Una carrera con una fuerza tan brutal que aunque la completes caminando, y te garantizo que caminarás, la guardarás en el recuerdo como un tesoro. Desde los días con un sol aplastante donde contemplas el termómetro pensando que no funciona bien, hasta las noches donde puedes sentirte microscópico bajo un manto de millones de estrellas.
Recuerdos imborrables.
Sólo mirar el paisaje da ganas de recorrerlo, de compartir unos saltos con un grupo de antílopes, o de intentar alcanzar al sol que, como una bola de fuego, se oculta tras una duna enorme en el horizonte. Emociones.
He viajado mucho, he visto muchos desiertos, y he corrido muchas carreras, pero sólo recuerdo las que tienen alma.
Esas que me han hablado sin emitir sonido, en las que me ha faltado el aliento sin necesidad de correr, o en las que se me ha puesto la piel de gallina sin sentir frio.
La 100km of Namib Desert es una de ellas. Una carrera con una fuerza tan brutal que aunque la completes caminando, y te garantizo que caminarás, la guardarás en el recuerdo como un tesoro. Desde los días con un sol aplastante donde contemplas el termómetro pensando que no funciona bien, hasta las noches donde puedes sentirte microscópico bajo un manto de millones de estrellas.
Recuerdos imborrables.
Dicen que el desierto del Namib es el más antiguo del mundo. Tiene treinta millones de años. Hace doce, un italiano, viajero y corredor, decidió que era el lugar perfecto para una carrera. Tras superar problemas infinitos y una burocracia interminable, nació la 100km of Namib Desert, una prueba para gourmets, para corredores cazadores de emociones y no de puntos.
En un mundo donde cada carrera quiere ser la más extrema, la más larga, la más difícil, la Zitoway Sport & Adventure, que así se llama la organización, decidió plantear un programa diferente, un equilibrio perfecto de confort y aventura. El hotel donde se alojan los corredores es tan soberbio como pequeño. Esto, lejos de ser una limitación, se ha convertido en una seña de identidad de este evento. Es uno de sus secretos: no será nunca una carrera masiva. Si eres de los elegidos, estás de suerte, ya que tendrás la fortuna de disfrutar de la hospitalidad Italiana en África, un cóctel inmejorable.
La 100km of Namib Desert se divide en 4 etapas en las que se combina una competición atlética extrema en un terreno complicado que cambia completamente cada día, con la estancia en el agradable Sossusvlei, un lodge capaz de transportar el paraíso a la tierra.
El Namib Naukluft es un parque natural rodeado de las dunas de arena roja más altas del mundo. Montañas de arena de más de 300 metros de altura que nos intimidan con su presencia y que sirven de cobijo a centenares de especies que los corredores encontrarán a su paso: orix, avestruces, búfalos o springboks, son habituales. Incluso puede avistarse alguna hiena.
Cada etapa es diferente. El primer día se transita por las Rocas Rojas, un pequeño valle donde parece que las paredes prenden fuego al atardecer; el cañón de Sesriem espera a los participantes el segundo de los días; en el tercero, se corre junto a una duna petrificada y por la duna Elim, entre manadas de antílopes. Para el último, aguarda lo más espectacular: una salida al amanecer de la famosísima Duna 45, y cómo no, la subida a la Crazy Dune, la que dicen que es la duna de arena más alta del mundo, con su posterior y vertiginoso descenso al Dead Vlei, una planicie de fondo blanco y duro rodeada de dunas rojas, y con multitud de árboles petrificados de color negro que llevarán las emociones de los corredores al límite.
En un mundo donde cada carrera quiere ser la más extrema, la más larga, la más difícil, la Zitoway Sport & Adventure, que así se llama la organización, decidió plantear un programa diferente, un equilibrio perfecto de confort y aventura. El hotel donde se alojan los corredores es tan soberbio como pequeño. Esto, lejos de ser una limitación, se ha convertido en una seña de identidad de este evento. Es uno de sus secretos: no será nunca una carrera masiva. Si eres de los elegidos, estás de suerte, ya que tendrás la fortuna de disfrutar de la hospitalidad Italiana en África, un cóctel inmejorable.
La 100km of Namib Desert se divide en 4 etapas en las que se combina una competición atlética extrema en un terreno complicado que cambia completamente cada día, con la estancia en el agradable Sossusvlei, un lodge capaz de transportar el paraíso a la tierra.
El Namib Naukluft es un parque natural rodeado de las dunas de arena roja más altas del mundo. Montañas de arena de más de 300 metros de altura que nos intimidan con su presencia y que sirven de cobijo a centenares de especies que los corredores encontrarán a su paso: orix, avestruces, búfalos o springboks, son habituales. Incluso puede avistarse alguna hiena.
Cada etapa es diferente. El primer día se transita por las Rocas Rojas, un pequeño valle donde parece que las paredes prenden fuego al atardecer; el cañón de Sesriem espera a los participantes el segundo de los días; en el tercero, se corre junto a una duna petrificada y por la duna Elim, entre manadas de antílopes. Para el último, aguarda lo más espectacular: una salida al amanecer de la famosísima Duna 45, y cómo no, la subida a la Crazy Dune, la que dicen que es la duna de arena más alta del mundo, con su posterior y vertiginoso descenso al Dead Vlei, una planicie de fondo blanco y duro rodeada de dunas rojas, y con multitud de árboles petrificados de color negro que llevarán las emociones de los corredores al límite.
La llegada a la meta despertará a los corredores de un sueño mientras, sentados a la sombra de un bosque de acacias, aplauden la llegada de los compañeros corredores. Las emociones y gestos vividos son muchas. Saltos, lloros, gritos, miradas al cielo como alzando una plegaria. Pero la que más abunda es la sonrisa, amplia, enorme de quienes han cumplido un sueño y quieren volver a empezarlo.
La 100km of Namib Desert ha celebrado este año 2019 su décimocuarta edición.
La 100km of Namib Desert ha celebrado este año 2019 su décimocuarta edición.